Dentro de la estrategia de creación de contenido, el hecho de planificar detalladamente una estrategia de storytelling permitirá hacer marketing de manera efectiva, logrando que el público objetivo se sienta partícipe de la historia y, en definitiva, convirtiendo tu marca en un referente del sector.
Una manera de diferenciarse en un mundo dominado por las marcas y los anuncios publicitarios es relatar historias que aporten una información práctica y de interés para los usuarios. En un momento en que el contenido vive su máximo esplendor, apostar por una planificada estrategia de storytelling como herramienta de content marketing será de utilidad para atraer la atención del consumidor y producir mayor engagement.
Las historias de marca constituyen hoy en día una de las bases fundamentales para mejorar notablemente los resultados y construir audiencias. No obstante, la tarea de elaborar una estrategia de storytelling que realmente permita aumentar las ventas de la empresa de manera potencial entraña ciertas dificultades.
Cómo hacer una buena estrategia de storytelling
En los siguientes puntos se indican algunas claves fundamentales para que esa estrategia de storytelling como herramienta de marketing sea realmente todo lo productiva que cabría esperar.
-Como cualquier otra acción de marketing, es de vital importancia determinar cuál es nuestro público objetivo, definiendo quiénes son, a qué se dedican, lo que les motiva o interesa en mayor medida. Tales preferencias y elementos influirán de manera notable en la forma de contar nuestra historia.
Los valores de la marca y el valor diferencial del producto deben ser el principal referente y fuente de inspiración, es decir, ese algo que asocia atributos a la marca de los que su competencia no puede apropiarse porque son únicos de la propia firma o marca, de manera que ella tenga la exclusividad en relatar esa historia y no otra empresa.
-En lo referente a la trama de tu estrategia de storytelling, has de recordar que existirá un reto o problema que el protagonista deberá resolver y, en definitiva, un argumento que permita unir todos los elementos de la propia historia, manteniendo, a ser posible, la estructura clásica de planteamiento, clímax y desenlace.
La historia puede ser fantástica, educativa, cotidiana, épica o personal, pero independientemente de su tipología a nivel de contenidos, no debes olvidar que no se trata tanto de los productos que vendes, sino de las emociones generadas a partir de ese mensaje.
Determina el objetivo último de su storytelling en aras de conformar un adecuado desarrollo de las acciones que tengas en mente realizar. Esa finalidad u objetivo puede ser desde dinamizar las ventas, mejorar el posicionamiento de la marca, informar al cliente o maximizar el engagement.
-Una de las principales claves de toda buena historia es que sea abierta en el sentido de que sea creíble, entendible y fácil de recordar para que pueda ser compartida.
El mero hecho de apostar por la sencillez y la brevedad en la historia, no quiere decir que sea banal ni que se deba caer en los mismos tópicos de siempre. Se ha de contar una historia que sea creativa, sorprendente, única y emotiva.
-Además de apostar por la sencillez, la creatividad e historias que sean fácilmente digeribles por la audiencia, los personajes utilizados son muy importantes. A través de ellos es posible generar un vínculo emocional con el espectador. Así, por ejemplo, el héroe se presenta como el gancho emocional con el producto, el villano es su problema, la gente que ha de ser salvada es el público, el mentor es el propio producto y, el reto, es la solución que plantea el propio producto.
-No sería nada desdeñable conformar un escenario en el que los usuarios se sientan identificados. El consumidor se conecta mucho mejor con aquellas marcas que se muestran más humanas. Así, por ejemplo, el hecho de utilizar una imagen más casual y tomada con la imagen de un dispositivo móvil donde se aprecie el interés o experiencia de un cliente real con tu producto, podrá tener un mayor impacto que las imágenes promocionales protagonizadas por modelos.
-Una planificada estrategia de storytelling debe llevar a la acción, para lo cual has de tener claro cuáles son tus objetivos. Así, por ejemplo, si tu finalidad es vender la idea sería incluir esa misma llamada a la acción en el instante en que la audiencia está expuesta a la emoción que pueda llevar al deseo de compra.
Para un mayor posicionamiento de tu marca, el llamado a la acción debe llevarse a cabo en el instante en que las emociones están al límite.
-La historia puede contarse a través de un único canal, pero mejorará de manera notable si se adapta a diferentes formatos que añaden nuevos elementos a la historia, convirtiéndola en una experiencia inmersiva.
Hoy más que nunca, el consumidor se sirve de muy diversos dispositivos al mismo tiempo para acceder a la información. Y, es que, mientras contempla la televisión, acude a las redes sociales o whatsapp. Por eso mismo, en tu historia se ha de invitar al usuario a conectarse con alguna aplicación o sitio web para seguir el argumento, pero en entornos distintos. Con ello se conseguirá que el espectador sea parte de tu historia.
-Toda estrategia de comunicación debe medirse para determinar la eficacia de nuestros resultados. Precisamente, al plantear nuestros objetivos, debemos definir los indicadores que ayuden a comprobar si la historia ha tenido éxito, ya sea en cuanto a número de visualizaciones, cobertura alcanzada o recuerdo de la propia marca.
Triunfar en marketing es posible, entre otras cosas, con una acertada estrategia de storytelling que tenga en cuenta las preferencias y necesidades de tu público objetivo y que sea capaz de sorprender y emocionar en su mensaje.